Cómo preparar el coche para el invierno
Si cada vez que llega el invierno nos preocupamos por protegernos del frío, con el vehículo hay que hacerlo de la misma manera. Cada estación del año tiene sus propias características y factores que afectan de distintas formas a la hora de coger el coche. Es por esto que es tan importante saber cómo adaptar la conducción y el propio vehículo. El invierno, por las condiciones meteorológicas, es una de las estaciones que requiere mayor atención. Pero no solo a la hora de conducir, sino también en el mantenimiento del propio vehículo. ¿Quieres saber cómo mantener a punto tu coche durante el invierno? Te damos algunas claves:
· Antes de la conducción. Es importante realizar una puesta a punto del vehículo; realizar una revisión completa para evitar posibles problemas. Pero, ¿qué debemos comprobar? Niveles de aceite, luces, suspensiones, parabrisas, líquido anticongelante, estado de los neumáticos, batería, amortiguadores y calefacción.
Esta revisión es importante hacerla cada vez que llega el invierno. Se suele caer en el error de que únicamente debemos revisar nuestro vehículo si vamos a realizar algún viaje largo, pero lo cierto es que es importante realizar este tipo de revisiones de forma periódica para evitar sorpresas indeseadas. El frío afecta de formas distintas, y hay tantas probabilidades de encontrarse una carretera en condiciones óptimas como encontrarlas nevadas o heladas. Por esto no hay que pasar por alto este paso. Por ejemplo, en caso de zonas de temperaturas muy bajas se podrían congelar los parabrisas y provocar daños en el cristal.
¿Lo tienes todo preparado? No olvides tampoco llevar siempre cadenas, triángulos de emergencia, pinzas, alguna manta y agua.
· Durante la conducción. Con el invierno la propia carretera nos pide una serie de requisitos a la hora de conducir. Si vamos a realizar cualquier viaje, lo primero que se ha de hacer es comprobar el estado de las carreteras y el depósito. Una vez todo está preparado, comienza el viaje. La conducción en frío nos pide tranquilidad y tiempo, una velocidad moderada y todos los sentidos puestos en la carretera.
Es importante tener en cuenta las condiciones de la propia carretera y adecuar la conducción a ella. Poner atención a posibles heladas, lluvias que formen algún aquaplaning y la nieve. Importante mantener la distancia de seguridad en todos los casos y, en caso de creer que la conducción puede ser peligrosa, esperar a que las condiciones meteorológicas mejoren.