Cómo reducir los síntomas de la alergia durante la conducción
Estornudos encadenados, picor en los ojos y lagrimeo, congestión nasal, cansancio y somnolencia, malestar general,… Estos son solo algunos de los síntomas de la alergia. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), casi el 20% de la población española sufre algún tipo de alergia y con los cambios de estación y, sobre todo, la llegada de la primavera, ya que son los meses en los que hay mayor concentración de polen, aparecen las primeras reacciones alérgicas del año. Pero, ¿puede una alergia afectar a la conducción?
Imagina que conduces tu vehículo a 90km/h y entras en un ataque de estornudos encadenados. Si por cada estornudo se pierden unos cinco segundos de atención, ¿cuánto tiempo desviando la vista de la carretera? A no ser que se trate de casos muy extremos, en los cuales se recomienda utilizar durante estos periodos otro tipo de transportes, que una persona sufra algún tipo de alergia no quiere decir que no pueda conducir. Lo más importante es prevenir y saber de qué maneras podemos facilitar la conducción para que una alergia no sea un problema a la hora de coger el coche.
Conducción y alergia
- Viajar con las ventanillas subidas.
- Revisar el filtro y el aire acondicionara para comprobar que se está filtrando el aire ambiental y se está suministrando aire limpio dentro del coche.
- Activar la recirculación del aire del vehículo, pero no el aire acondicionado, a no ser que se disponga de un filtro especial antipolen
- Mantener limpio el interior del vehículo.
- Si se están tomando medicamentos, leer con atención los efectos secundarios; ya que muchos de ellos pueden producir somnolencia.
- Mantener los ojos protegidos del polen con gafas de sol.
- Evitar conducir en los periodos (amanecer) y zonas (húmedas) con gran concentración de polen.